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Contar por contar o el placer de contar

Contar por contar o el placer de contar

En este momento, que me planteo más cercano el lanzamiento de este blog, me debato entre la necesidad de contar, para llenar de contenidos este espacio virtual, porque es lo que hay que hacer para que tenga consistencia y seriedad y… Que ya sé que no es lo mismo, pero en mi resuena que es, contar por contar.

Y el placer de contar, porque me surge una idea y me apetece compartirla, porque he tenido una experiencia, una vivencia, una lectura inspiradora y me estalla dentro como si quisiera salir.

Ha habido momentos en esta especie de embarazo web (es para mí como una gestación) que he percibido esa sensación embriagadora del descubrimiento y la necesidad de transmitirlo, pero he de confesar, que por diversas razones (puede ser un buen tema de exploración) no la he llevado a término. Así que ahora, llevo ya dos horas navegando por la red buscando inspiración, me enfrento a este desafío y ese debate mental surge de mí.

Recuerdo que durante mi formación como coach, uno de mis profesores, el que fue mi referente inicial en este mundo del coaching, me preguntó, en el contexto de un ejercicio en el que nos teníamos que presentar ante otros

«¿Tú, cuando hablas, para quién hablas?»

La idea era, que una vez vencido el estupor inicial tras la pregunta, investigase si hablaba para mi, para servir a mis intenciones, sean estas las que sean, o hablaba para las personas que me escuchaban en ese momento. Sin ser una cosa ni la otra, positiva o negativa, los resultados obtenidos pueden ser diferentes.

«Me asombro de la cantidad de veces que hablo con otros para mí, y no pasa nada por ello, sólo que un montón de esas veces no me doy cuenta y creo que lo estoy haciendo en servicio del otro, de su acompañamiento, su desarrollo, su obtención de conocimiento, su diversión… En fin, al final,  lo que se obtiene, es muchas veces  de lo más sorprendente.»

Así que ahora, me surgen un par de cosas que me apetece compartir: que puede ser muy interesante hacernos esa pregunta de vez en cuando. Y que quizás debamos también explorar que pasa si cuando hago las cosas lo hago por el placer de hacerlas, si cuando cuento, cuento por el placer de contar.