Licenciada en Medicina y Cirugía, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, desde el principio de mi ejercicio como médico, me han interesado varios aspectos que han marcado mi devenir profesional. La comunicación en el acto clínico, fundamental tanto para el paciente como para el profesional, la comunicación entre profesionales y la importancia tanto para unos como para otros de múltiples factores vitales, que sin poder ser considerados como enfermedad si son condicionantes de lo que de forma amplia denominamos “sentirnos bien”.
Pronto me di cuenta que para tratar todos estos aspectos, precisaba más de lo que me ofrecían las competencias científico–técnicas, por lo que empecé a investigar en comunicación, trabajo en equipo, inteligencia emocional, facilitación de procesos etc. Hasta que en el año 2008 profundicé en el Coaching a través de la realización de un Máster de 600 horas en la Universidad Camilo José Cela de Madrid. Tuve la suerte de realizar una formación en la que yo misma experimenté un proceso de Coaching, trabajando en primera persona todas sus herramientas. Así pasó a ser una vivencia y no sólo el aprendizaje de una serie de conceptos teóricos.
Estos conocimientos, me abrieron la puerta a poder abordar todos esos acontecimientos, sentimientos, emociones, situaciones vitales, que tantas veces había visto en la consulta, entre mis compañeros y en mi misma y que eran generadores de insatisfacción e incluso dolor.
Clarificar como la interpretación de la realidad, condicionada por nuestra educación, experiencias, vivencias, pensamiento racional, creencias… genera una serie de emociones que tintan nuestra toma de decisiones y por lo tanto los resultados que obtenemos. Y además, poder trabajar con todo ese proceso, para modificarlo si lo creemos conveniente, me pareció una llave hacia la libertad, hacia un mundo de posibilidades de acción.
Trabajar reflexionando sobre nuestros valores y creencias, identificar y potenciar nuestras fortalezas, enriquece de tal manera nuestra forma de mirarnos y mirar el mundo que nos rodea que sólo por eso la vida cambia.
Aplicar de forma cuidadosa todo lo anterior, tanto a la esfera profesional como personal se me antoja una herramienta de desarrollo poderosísima.
Por mi formación y experiencia como médico, me gusta trabajar aplicando también los últimos avances de la neurociencia moderna en cuestiones como nuestro cerebro aprende, crea, se comunica, influye y se deja influir emocionalmente, interpreta, decide… esto, junto con el compromiso de acción, el hábito excelente simplemente por el placer de hacerlo, la mirada proactiva, la flexibilidad y afecto hacia uno mismo y los otros, son la marca personal que día a día impregna mi trabajo, tanto en la esfera del apoyo al tratamiento del dolor crónico, como en los procesos de desarrollo y aprendizaje.